miércoles, 12 de febrero de 2014

Un abrazo autista

Este escrito es algo que pasó ayer...


Paz y Bien...

Hoy, 11 de febrero, tuve que ir a la escuela de mis peques, a firmar unos papeles de las terapias. Cuando llegué a la escuela, estaba Mi Princesa en el patio, pues su maestra de salón hogar, no vino.  Nos dimos un beso y un abrazo y me acompañó al salón de la maestra Ana Liz, de niños con autismo, y saliendo del salón, mi chico estaba en la cancha, pues su maestra de salón hogar, tampoco vino.  Mi chico dejó de jugar basket y vino a darme un beso, luego se fue a jugar, nuevamente.

Cuando iba al salón de terapias a firmar los papeles, me encontré con Francisco, otro niño autista, que está en el salón de Mi Princesa.  Fue donde mí y me dijo con su voz fuerte; "¿Hola, mamá de Vanessa". 
A lo que respondí fuerte y claro: "Hola Francisco. ¿Y tú cómo estás?  
Me contestó: "Estoy bien, tuve que tomar muchas medicinas, porque estaba enfermo, pero ya estoy bien, mucho mejor".  "Ya comí pancakes, huevitos, pan con cheeswiss y un guineito.  
Yo:  WOW Francisco, que rico, ¿ya no tienes hambre? 
El:  No. 
Esa fue toda nuestra conversacion.  Me dio un abrazo y un beso, se despidió y se fue a jugar.

Ahora, a las 10:00 de la noche, me pongo a pensar en esto, y recuerdo que él y Mi Princesa están juntos desde primero, y en que ellos,  al igual que otros niños, han mejorado tanto, tanto.  Son tan diferentes, han crecido en tamaño e inteligencia; han madurado y no son la sombra de lo que eran cuando llegaron.  


Todo esto ha sido posible gracias al trabajo de los  padres, indiscutiblemente, y de l@s maestr@s.  Pero es muy importante resaltar el trabajo de las T1, mejor conocidas como las asistentes, que están día tras día con nuestros hijos, en el salón, apoyándolos, siguiendo el plan de trabajo de la maestra, velando por ellos, preocupándose de que vayan a sus terapias, de que terminen sus tareas, sus
exámenes.  GRACIAS...

FRANCISCO...  ME HICISTE EL DÍA...  DIOS TE BENDIGA...


Gracias, Señor, por estos niños que nos abren los ojos y nos hacen poner los pies en la tierra.  Nos conmueven con sus grandes avances, aunque para otros sea una sencillez y no sea importante.  Los que vivimos diariamente con ellos, sabemos que el abrazo de un niño autista, es un GRAN LOGRO, UN GRANDIOSO AVANCE, UNA GRAN ALEGRIA.

A ti que lees este post, te exhorto a que, si en tu comunidad hay escuelas con grupos de niños con necesidades especiales, los apoyes y los ayudes.  Estos niños necesitan de todos nosotros.  Como madre de una niña autista, sé de las muchas necesidades y equipo necesario, y siendo realistas, el Departamento de Educación no provee los mismos.  Gracias, en nombre de los chicos.

Dios les bendiga...


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