martes, 22 de mayo de 2012

Plática a padres - Cierre mes Autismo 2012

Paz y Bien...


Como sabemos, abril es el Mes de Concientización acerca del Autismo.  En la escuela donde estudian mis hijos, hay 2 salones contenidos para niños con autismo.  La maestra Ana Liz Acevedo, del primero de éstos y quien dio clases a Mi Princesa, me pidió que, para el cierre del mes del Autismo, diera una pequeña charla, a modo de testimonio, de cómo había sido mi experiencia como madre de una niña autista.  Le dije que ni pensarlo, pues, a pesar de que llevo 30 años cantando en la iglesia y participando de retiros  en el ministerio de música al que pertenezco junto a mi esposo,  pues soy tímida cuando se trata de hablar frente a las personas.  Además, Mi Princesa es la que menor grado de autismo tiene en el grupo y pensaba yo, que ellos me podrían enseñar más a mí, que yo a ellos. 


Por cosas de la vida, la actividad se pospuso porque la maestra se enfermó, pero me insistió para que el siguiente viernes, 4 de mayo, fuera al compartir y diera la charla.  Esta vez accedí, pero no sabía qué hacer, qué decir. 


Comencé hablando de cómo descubrimos que Mi Princesa tenía autismo atípico y de cómo hemos ido superando las dificultades, mayormente académicas (en mi caso) que esto trae.  También de cómo hemos trabajado en la casa y en las tareas escolares y del hogar.  Por ejemplo: el desayuno y usar el microhondas. Mi chica se prepara sus “sandwishes” y se los calienta solita.  Mi madre siempre me dice que ella es muy pequeña y que por su condición no la deje hacerlo, y lo que le digo es que ella tiene que aprender a ser independiente, que yo no le voy a durar toda la vida.  Les comenté sobre dificultades con el DE, que todos conocemos.  Pero lo más importante, que no estamos solos y que debemos ayudar a nuestro hijos a ser lo más independientes posible para que puedan tener confianza en ellos mismos, teniendo la seguridad de que siempre estaremos apoyándolos y para ayudarlos cuando nos necesiten.


Mientras hablaba una de las madres me sorprendió contándome algo que hizo Mi Princesa.  Me preguntó si ella sabía que tenía autismo y yo le dije que sí.  Luego me dijo, emocionada y con lágrimas en sus ojos, que una vez Mi Princesa vio a su nena solita y triste y le preguntó qué le pasaba y se quedó con ella hasta que su mamá llegó.  La mamá le dijo que su hija tenía autismo y por eso a veces estaba solita.  Luego Mi Princesa le dijo a la mamá que no se preocupara porque ella también tenía autismo y que iba a estar bien, que todo estaría bien.  Y que desde ese día las niñas se esperan en la escalera donde se conocieron.  Yo me emocioné y no pude contener mis lágrimas. 


Luego continué comentando sobre este blog y que es importante el apoyo que nos podemos dar unos a otros, como padres, madres, abuelitos y hasta los amigos, eso es esencial.


Días antes, mi esposo y yo, montamos y grabamos una canción que escribí cuando Mi Princesa estaba en el salón contenido, ya que ahora pasó a 4to grado en corriente regular, para que los padres la escucharan: Semillas de Amor.  La maestra la había pasado para entregarle una copia a cada persona que fuera a la charla y la cantaran conmigo.  Así que, aparte de hablar, también canté. jajaja


Esta soy yo, y la chica que se ve sentada, es mi hija mayor.



-Moraleja-

Cuando uno da lo que tiene, por pequeño que parezca, y se da uno mismo con amor, recibe mucho más, recibe muchas bendiciones…



Dios les bendiga…



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